La mayoría de los osículos accesorios y huesos sesamoideos del pie y tobillo son asintomáticos; sin embargo, pueden causar síndromes dolorosos o cambios degenerativos en respuesta a sobreuso o trauma.
Huesos sesamoideos: tienen morfología redondeada u ovalada midiendo entre 5-10 mm y se desarrollan a partir de su propio centro de osificación. Pueden estar total o parcialmente incluidos en el interior del tendón correspondiente. Los sesamoideos de la primera articulación metatarsofalángica se consideran parte normal del esqueleto, mientras que los sesamoideos de los restantes dedos son infrecuentes. Generalmente se localizan sobre prominencias óseas o donde el tendón cambia su curso u orientación. Así tenemos el os peroneum y el os del tendón tibial posterior.
Huesos accesorios: son variaciones del desarrollo, originándose como centros de osificación secundarios que se separan del hueso principal. A menudo se pueden diagnosticar erróneamente como fractura por avulsión. Los más frecuentes son el escafoides accesorio y el os trigonum.
Os peroneum: localizado en el tendón peroneo largo, cerca de la articulación calcáneo-cuboidea (Figura 1a).
Os del tendón tibial posterior: dicho tendón puede contener un hueso sesamoideo próximo a su inserción en la tuberosidad navicular. Es importante recordar que la grasa medular normal aparecerá como hiperintensa en relación con el tendón con el que se asocia, por lo que este hallazgo normal no se debe confundir con rotura tendinosa o tendinitis.
Os tibial externo o accesorio escafoideo (no confundir con el hueso sesamoideo del tendón tibial posterior): situado en el margen medial del escafoides. Puede asociarse a tendinopatía del tendón tibial posterior o el síndrome del escafoides doloroso. Se clasifican en 3 tipos:
a) Tipo I: osículo de pequeño tamaño y morfología redondeada incluido en el seno del tendón tibial posterior.
b) Tipo II (figura 1b): centro de osificación de mayor tamaño y morfología triangular adyacente a la tuberosidad escafoidea con la que se articula mediante una sincondrosis. Se puede volver sintomático por contracciones repetitivas del tendón que producen fuerzas de estrés en la sincondrosis, demostrándose en la RM edema óseo en el osículo y ocasionalmente en el escoifes adyacente así como hiperseñal de la sincondrosis en secuencia T2.
c) Tipo III (figura 1c): escafoides cornuado, donde el osículo se ha fusionado con el escafoides.
Escafoides bipartito (figura 1d): es una variante infrecuente y de etiología desconocida. Presenta dos fragmentos en forma de cuña: uno pequeño superolateral y otro mayor inferomedial, siendo la cabeza astragalina más ancha y aplanada para articularse con ambos fragmentos escafoideos. Debe reconocerse ya que puede causar síntomas per se y ser diagnosticado erróneamente como una fractura (en esta última los fragmentos aunque congruentes no tienen cortical interpuesta).
Os trigonum (figura 1e): adyacente al proceso posterior astragalino con el que se articula mediante una sincondrosis. Es importante reconocerlo como variante normal para no interpretarlo como fractura o cuerpo libre.
Os vesalium: adyacente a la tuberosidad proximal del 5º metatarsiano. Diferenciar de la fractura de la base del 5º metatarsiano y del os peroneum
Os supranavicular (figura 1f): localizado en la superficie dorsal de la articulación astrágalo-escafoidea. Puede simular una fractura-avulsión no consolidada.
Os subperoneal y subtibial (figuras 1g y 1h): situados por debajo de los maleolos peroneo y tibial respectivamente.
Osículo entre escafoides y cuña medial (figura 1i): localizado en el margen dorsal de dicha articulación.
Calcáneo secundario (figuras 1j y 1k): localizado entre el proceso anteromedial del calcáneo, la cabeza astragalina, el cuboides y el escafoides.
Os del sustentaculum tali (figura 1l): es un hueso poco frecuente localizado adyacente al margen posterior del sustentaculum. Generalmente se articula con el calcáneo mediante tejido fibroso o fibrocartilaginoso. Simula fractura de la superficie articular del calcáneo.
Huesos sesamoideos del primer dedo (figuras 1m y 1n): entre ellos se sitúa el tendón flexor largo del primer dedo. Osículo en el margen dorsal de la articulación metatarsofalángica del primer dedo (figura 1o).
Coalición tarsal: representa una fusión anómala entre huesos del tarso que puede ser fibrosa (sindesmosis), cartilaginosa (sincondrosis) u ósea (sinostosis) así como congénita o adquirida. Los síntomas surgen en la 2ª o 3ª década de la vida. Las fusiones pueden ser: calcáneo-escafoidea, calcáneo-astragalina, astrágalo-navicular y calcáneo-cuboidea (por orden de frecuencia).
Las coaliciones cartilaginosas normalmente se asocian a estrechamiento del espacio articular mientras que las fibrosas pueden provocar una disminución sutil del espacio interóseo, aunque puede ser evidente la hipoplasia del sustentaculum tali. Los signos radiográficos asociados a fusión calcáneo-astragalina son: pico astragalino, el ensanchamiento de la apófisis lateral del astrágalo, estrechamiento de la articulación subastragalina posterior, concavidad de la superficie inferior del cuello astragalino y asimetría de la articulación subastragalina media. La mayoría de las coaliciones calcáneo-astragalinas (figura 1p) ocurren en la carilla medial, entre el astrágalo y el sustentaculum tali. Es más frecuente en varones, siendo bilateral en 20-25% de los casos. Pueden ser coaliciones intra-articulares (suele afectar a la articulación subtalar media mientras que la afectación de la subtalar posterior no es frecuente y menos aún la de la subtalar anterior) o extra-articulares que suelen afectar al intervalo entre el margen posterior del sustentaculum y el proceso posteromedial del astrágalo.
La RM aporta información adicional al estudio radiológico y TC visualizando áreas de edema óseo.
Pseudoquiste calcáneo (figura 1q): es una variación de la trabeculación ósea que es responsable de la imagen radiolúcida en la Rx. En la RM aparece como área de ausencia - reducción de las trabéculas sin presentar señal líquido en secuencia T2.
Apófisis troclear calcánea (figura 1r): prominencia ósea en el aspecto inferolateral del calcáneo que no debe diagnosticarse como exóstosis.
Pico talar (figura 1s): no confundir con proliferación osteofitaria dorsal en la articulación astrágalo-escafoidea.
Depresión en la superficie talar anterior (figura 1t): carece de significación patológica.
Espolón falange distal del primer dedo del pie (figura 1u): no confundir con osteocondroma.